LA BELLA Y LA BESTIA
Una enseñanza espiritual.
Leonardo Díaz.
Astrólogo Metafísico
En la historia de la
«Bella y la Bestia», solo el beso del amor puro libera a la bestia. Bella, una
doncella de alma pura, amó a la bestia, la aceptó como bestia y al beso de su
amor, la Bestia se transformó en un hermoso príncipe.
A todos los humanos nos
sucede lo que a la Bestia de la historia, solo el amor de Dios, de nuestra
alma, puede transformar la animalidad que llevamos en nuestro interior, que
solo pide luz, amor y belleza. Todos sucumbimos ante la belleza verdadera, ante
la dulzura autentica, ante el amor.
Los monstruos que
llevamos dentro, al igual que la Bestia de la historia, piden el beso del amor,
el contacto con la luz para revelar su belleza. El ángel caído en nosotros pide
amor verdadero para ser salvado y ver la luz.
Los hijos del maltrato
y la violencia se tornan violentos. La bestia que con horror vemos manifestarse
en algunas personas, no existen por casualidad, ellas han sido despertadas,
alimentadas y heridas. No existen hombres malvados, existen hombres heridos. Solo
el amor puede sanarles.
Aunque veamos niños
crecer en hogares ricos, rodeado de “amor”, educación y comodidades, nada
sabemos de sus profundas heridas psíquicas. Violaciones, maltratos
psicológicos, soledades, un sinfín de heridas silenciosas. Las bestias son
despertadas y alimentadas en todos los estratos sociales.
Sin duda que las
miserias de nuestras decadentes sociedades, tanto de países desarrollados y
subdesarrollados, son responsables de la animalidad reinante.
Quienes han vivido y
crecido en medio del maltrato y la animalidad, sus bestias han tenido que
crecer y desarrollarse como instinto de supervivencia. Solo las consciencias
despiertas pueden reconocer estos males.
Las fieras no son
fieras porque así lo hayan elegido. Todo ser humano lleva el amor de Dios en su
interior, es nuestra herencia divina y a pesar del karma generado en vidas
pasadas, el amor continúa siendo la vía para la redención y evolución de las
almas.
Nuestras sociedades no
educan a sus hijos desviados, maltratados y heridos. Las cárceles, los
reformatorios, incluyendo los de menores, en lugar de estimular las zonas
luminosas del ser humanos, alimentan la bestia, la oscuridad. Las calles están
llenas de niños abandonados, jóvenes perdidos, a los que falta apoyo y oportunidades,
estos ambientes los deshumanizan.
Sanar las bestias
heridas debe ser un asunto que interese a todos los ciudadanos. Los males del
mundo son muchos y las bestias que la sociedad alimenta, crecen más de lo que
podemos admitir.
El poeta y pensador cubano Jose Martí, afirmó «Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo»
Les invito ver la película desde una perspectiva espiritual.
Les invito ver la película desde una perspectiva espiritual.